Ludwig Göransson. Un nombre que a las personas más alejadas a las bandas sonoras parecerá irreconocible, pero que para los que estamos metidos en el mundo de la música de películas medianamente reconocemos pese a su corta trayectoria. Una carrera marcada por su relación con el director Ryan Coogler, que pese a todo, parece bastante disfuncional. Si bien el compositor sueco era hombre ancla en las películas de Coogler (“Fruitvale Station” y “Creed”), su trabajo siempre terminaba opacado (o directamente pasando desapercibido) por las inclusiones musicales del director en sus cintas. De hecho, basta mirar la coexistencia de scores y soundtracks, lo que también sucede en “Black Panther”, hecho que terminaba por opacar la banda sonora original. Con esta corta y difusa trayectoria, el compositor que para la mayoría de todos era desconocido, para nosotros era difuso. Surgía entonces la pregunta, ¿estaría Göransson a la altura de las circunstancias? ¿Era la carta adecuada para incorporarse tan avanzado y consolidad el universo cinematográfico de Marvel pensando que recientemente se habían sumado compositores consolidados como Giacchino y Mothersbaugh?
Pero acudir a un (relativamente) “desconocido” compositor también tiene cosas buenas. Hablar de Göransson es además una buena oportunidad para hablar de la carga de trabajo de los compositores de renombre. Un compositor (como Zimmer o Desplat) no puede hacer 4 bandas sonoras al año, o 4 buenas bandas sonoras al año, sin asumir al mismo tiempo que no todas tendrán buena calidad. Es obvio. A algunas dedicarán más tiempo, sea por identificación con el guión o proyecto, sea simplemente porque le pagaron más, y otras quedarán relegadas dentro de la programación anual. Eso muchas veces, sino todas, se traduce en trabajos faltos de identidad o creatividad, de los cuales, verdaderamente, empezamos a cansarnos. Al elegir a Göransson, se elige un compositor con “tiempo” (en el buen sentido). El sueco no trabajó desde su estudio sino tuvo la disposición de ir a terreno, a empaparse con los sonidos de África. Esto se traduce en que “Black Panther” sea una banda sonora con identidad, a la que (y aunque suene obvio), Göransson dedicó tiempo y se nota. Para muestra, un botón: el disco dura 95 minutos. Buenos o malos, decida usted, pero prueba la importancia que se le dio a la música dentro de la película y la importancia que concedió el compositor a musicalizar a la pantera negra de Marvel.
En este mismo sentido, basta ver los primeros minutos de la película para ver que en la música de Göransson hay mucha cabeza. El soundtrack es muy consciente de las bandas sonoras con sabor africano que hemos tenido en Hollywood. Por ejemplo, las voces de Baaba Mal en “Wakanda” prueba haber puesto especial atención al trabajo de Zimmer en “Black Hawk Down”, donde aporta su trabajo en 2 temas. En esa línea, también Johansson aprovecha al máximo los 2 pilares de la historia: África y Oakland (California). La música es inteligente en esta dualidad que tiene la historia reflejada a través del conflicto protagonista/antagonista, esto es, un conflicto entre la África gloriosa muchas veces inconsciente de sus privilegios v/s el afroamericano dejado a su suerte en países como Estados Unidos. Dos mundos tan opuestos le permiten construir un soundtrack con matrices totalmente opuestas pero con sabor “negro” notable, lo que les permite pegar a la perfección pese a ser tan distintas instrumental y rítmicamente. Por eso, no se sorprenderán al darse cuenta que el disco tiene algo clásico, mucho de africano, y por momentos nos lleva a las calles de los barrios negros de California con sus composiciones.
Volemos primero a Wakanda. En este país escondido del mundo, se construyen dos temas principales. Uno totalmente africano, mostrando la grandeza de Wakanda pero a la vez la potencia y violencia de su líder, y otro que a mi juicio, muestra el pasado oscuro del rey saliente. Según hemos podido averiguar, en lo africano hay particular influencia de la música de Senegal, lo que se vería en las trompetas características desde “Royal Talon Fighter”, luego en “Wakanda”, “Phambli”, y una larga lista de etcéteras. Este tema es muy identificable por su intensidad y sonido, siendo la pieza que mayor personalidad aporta al soundtrack. El tema del pasado, o los sacrificios que debió realizar el padre de T’Challa, para muchos es un tema también dedicado a Killmonger. A mi parecer no, porque es especialmente significativa para el rey muerto y su heredero, por ejemplo, cuando T’Challa hace la primera visita mística a sus antepasados (“Ancentral Plane”) y cuando T’Challa cuestiona la decisión de su padre de abandonar al pequeño niño a su suerte (“Wake Up T’Challa”). Una figura ausente, pero siempre presente en la vida del heredero, como cual Mufasa en el Rey León. Siguiendo las referencias a esta película, muy interesante el cierre final, con la batalla entre los bandos. Al estilo del clásico de Disney, Göransson lleva todos los temas a niveles altísimos, y con ello, logra consolidar su música en un contexto de tensión, conflicto, violencia y encuentro de 2 visiones del rol de Wakanda. La música incorpora uno a uno los integrantes de la batalla, con Killmonger y sus aliados (“The Great Mound Battle” en un comienzo), T’Challa (la misma pista a partir del 1:20), la batalla individual (“Glory to Blast” es ejemplo de ello), o la aparición de la tribu Jabari que tiene un tema musical propio, todavía más tribal, que no abordaremos por tiempo.
Como dijimos antes, una temática que se explora y fuerte en la película es la discriminación racial de la población afroamericana en Estados Unidos. Representada por la difícil infancia de Killmonger, musicalmente el R&B aparece clarísimo en “Killmonger”, con un marcadísimo bajo, al final de la liberación de Klaue (“Questioning Klaue”), en su irrupción en Wakanda (“Killmonger Challenge”, donde además está el emotivo tema ya más clásico de encuentro con el pasado) y en “Burn It All”. Como vemos, este tema “antagonista” se consolida ya avanzada la película, cuando entendemos quién será verdaderamente el villano y cómo pretende construir su breve pero radical gobierno.
En suma, un interesante y revitalizante soundtrack. No hablamos sólo del universo Marvel, sino del mismo personaje de Black Panther. Así como esta película termina dando sentido al personaje de Chadwick Boseman luego de una forzadísima inclusión “Captain America: Civil War”, la música viene a hacer lo mismo con las bandas sonoras de Marvel, que por momentos (y no pocas veces) parecen o perder el rumbo o directamente nunca encontrarlo. Un salto en calidad y por sobre todo en variedad, a través de buena dirección, buenas actuaciones, una convincente historia interna, la que transcurre casi en su totalidad (o en lo que importa) casi totalmente en Wakanda sin tener que acudir a otros superhéroes del mundo Marvel, y una refrescante banda sonora. Nuevos rostros, en todos los sentidos, de manera muy lograda.
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