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Karen O and the Kids – Where the Wild Things Are (2009)
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Dentro del especial de cine chileno por el mes de septiembre, y habiéndose cumplido 40 años del Golpe de Estado, nuestra sección de bandas sonoras trae esta semana para ustedes la banda sonora que compuso Juan Cristóbal Meza para la película nacional del año 2009, “Dawson, Isla 10”, de Miguel Littin. Los invito a disfrutar un excelente producto nacional.
“Dawson, Isla 10” fue un film que sacudió el mercado y la conciencia nacional a fines del 2009. Cuatro factores al menos influenciaron en ello. El primero, claramente, los hechos en que se basaba. “Dawson, Isla 10” se trata sobre la reclusión y tortura que sufrió un grupo de ex ministros y funcionarios del gobierno de Allende en Isla Dawson, una de las islas más australes de Chile, días después del Golpe. El segundo factor es la familiaridad de los nombres. A Isla Dawson llevaron personas de conocimiento nacional. Así, en la película se interpretaba, entre muchos otros, a Osvaldo Puccio (padre e hijo), Orlando Letelier, José Tohá, Clodomiro Almeryda, entre otros. Entre esos “otros” estaba también Sergio Bitar, quien por entonces fue Ministro de Minería y quien plasmó su experiencia en el libro titulado “Isla 10” en el cual se basa esta película. En tercer lugar encontramos al nombre propio de Miguel Littin, uno de los grandes directores nacionales y quien volvía a la pantalla grande luego de 4 años. Finalmente, el elenco juntaba a la vez figuras atractivas para el mercado latinoamericano (Benjamín Vicuña y Cristián de la Fuente, con distintas condiciones para lo que actuar se refiere), por lo que los medios de comunicación rápidamente centraron sus ojos sobre la película.
A cargo de la banda sonora de “Dawson, Isla 10”, estaba el afamado compositor musical, teatral y de comerciales, Juan Cristóbal Meza. Meza lleva en su ADN el arte y la actuación, pues es hijo del dramaturgo y director Teatral, Gustavo Meza, y de la famosa actriz nacional, Delfina Guzmán. Su veta artística es tan potente que en un comienzo todos sus estudios fueron circunstanciales. Así, su acercamiento a la música incidental se produjo casi por casualidad. A los 16 años, su padre tuvo un problema con los músicos de una obra, y le pidió a su hijo que le compusiera en esta oportunidad, lo que hizo con gran éxito y fue invitado a componer para otras presentaciones. Ya con su vocación definida (vocación peligrosa, pues mucho compositor joven se ha ido exclusivamente al lado comercial y la publicidad, según Meza), decidió perfeccionarse, estudiando guitarra clásica y música folclórica, además de piano clásico, armonía, análisis, composición y contra punto con Cecilia Plaza y Carlos Botto (Premio Nacional de Arte en 1996, compositor y pianista chileno). Desde entonces, comienza un espiral de éxitos y trabajo que lo llevó a ser quien es hoy, quizás el más famoso compositor de bandas sonoras que hay en Chile.
A Juan Cristóbal Meza lo conocemos principalmente por los films de Pablo Larraín. Todo comenzó con (en la que como BSOMagazine definimos una vez como) la pretenciosa Fuga, el año 2009. No obstante, creo que la mayoría de la gente puede identificarlo con la serie nacional y éxito de HBO, Prófugos. Aún cuando está dedicado exclusivamente a lo que bandas sonoras y musicalización se refiere, Meza no se siente parte de un género, si existiese tal. Así, no se considera un “compositor de bandas sonoras”) sino un músico que compone de todo: gusto personal, comerciales, películas, obras teatrales, etc. Es por lo mismo que no busca reivindicar el género. En tal sentido, siempre ha entendido que su trabajo son encargos hechos por los directores y productores buscando algo específico en él, motivo por el cual siempre ha entendido su labor como estar al servicio de alguien por un proyecto mayor.
Creo que para conocer a Juan Cristóbal Meza es necesario detenernos un poco en Fuga, pues es un trabajo que pocas veces podemos ver a nivel nacional. Hay 3 formas de abordar el trabajo de una banda sonora. Una de ellas es componer con las escenas ya grabadas, y empezar a montar desde ahí. Es el caso de “Dawson, Isla 10”. La otra forma es componer a través del guión, sin ver las escenas, para luego llegar y acoplar todo el trabajo. Las dos primeras formas son las más comunes. Pero una tercera, muy pocas veces vista, es articular antes de todo una composición, y que en ella se inspire luego un film que es sólo un proyecto. En palabras simples, grabar la música antes que cualquier escena, lo que aumenta la dificultad pues debe haber total sincronía en lo que director y músico quieren. Eso pasa precisamente en Fuga, donde la música es el eje de la narración. Meza cuenta que grabaron 15 minutos de Rapsodia Macabra (tema principal) sin haber grabado ni una sola escena. Así, la obra era un verdadero plano teórico de Meza, que Larraín aterrizaba insertando una serie de ideas que influían en la música. Además, la orquestación deliberadamente se complementó con el trabajo de Violeta Parra, dándole su toque único. Todo ello hizo que Fuga fuera un OST complejo, lo que influencia la fuerte emotividad que cualquier persona siente al escuchar la música o ver la película. El trabajo es de tan alto nivel, que Meza recibió por él el premio Pedro Siena, lanzando incluso un disco con la música.
Y ello está muy conectado a Isla 10. El público nacional de bandas sonoras es tan escaso, que la excelente banda sonora que les traigo hoy pasó totalmente desapercibida, y era imposible escucharla, ni en disco ni por internet. Todo cambió el 2012, cuando el sello Oveja Negra lanzó 3 trabajos de Meza en una sola edición. Entre ellos estaba Teresa (de Tatiana Gaviola), Prófugos y Dawson, Isla 10. Sólo por ello puede traerles hoy esta música que los va a sorprender, por lo que tenemos que agradecer tanto al atrevido sello discográfico como al autor.
El soundtrack de Dawson, Isla 10, demuestra cierta continuidad en el trabajo de Meza. Ello debido a que se articula principalmente en un cuarteto de cuerdas y piano, lo que ha hecho con gran parte de sus obras. No obstante, en esta oportunidad le da un toque de identidad único, lo que nos permite diferenciar Isla 10 de cualquier obra anterior de Meza. El primero de los temas que les traje es “Nieve y Alambrada” con el cual Littin nos presenta a Dawson, una isla de la cual había que tener cuidado no sólo porque su vida estaba en riesgo en manos de los militares, sino porque la misma en sí misma era peligrosa. Según sus residentes, llegaba incluso a ahullar. Esta canción está marcada por una composición de cuerdas muy dura y emotiva que se repite a lo largo del OST. Quizás por ello podemos ver como fundamenta una serie de escenas trascedentes: las primeras divisiones en las barracas, la crisis de Bitar, el claro interés por despersonalizar a los prisioneros, etc. Nieve y alambrado incorpora además magistralmente el sintetizador, por lo que creo que es el gran lujo de esta banda sonora. A continuación vemos “La Isla”, que siendo muy parecida a la anterior, tiene detalles espectaculares como un piano casi imperceptible. Con ella siento que Meza transmite la dureza de Dawson, donde la primera de las intenciones era quebrar la voluntad del grupo de Allende, sin que se tolerara muestra de humanidad alguna.
Nuestro análisis pasa luego por “José”, en homenaje a José Tohá. De tan solo 2 minutos, y a diferencia de las 2 primeras composiciones, vemos como José se articula en exclusivamente en base al piano. En el film esta canción aparece primeramente cuando los detenidos ya están incorporados a la rutina y el frío, circunstancias que en algunos está a punto de transformarse en locura. Luego reaparece cuando le comunican al grupo la muerte de Tohá en Santiago, la que se produce misteriosamente luego de ser liberado. “José” es otra de las piezas fundamentales de esta colección. Íntimamente ligada está “El ser humano prevalecerá”, que escuchamos cuando liberan al ya mencionado José Tohá, volviendo las cuerdas a ser el eje de atención. Finalmente, el último track que he seleccionado es “Padre”, donde Osvaldo Puccio hijo se despide temporal pero emotivamente de su padre. Marcada por el piano, es una de las pocas canciones que cambia radicalmente a lo largo de ella, lo que claramente suma a la emotividad de la escena que pone término a esta cruda película.
Para despedirme quiero hablar de una canción que aparece en los créditos. Si bien no forma parte del trabajo de Meza, Littin incorporó magistralmente la canción “Allende Hoy”, cuya letra son ciertas frases de los últimos discursos de Allende. Es interpretada por Javiera Parra, Manuel García, Ana Tijoux, Chinoy, Denisse Malebrán y Mauricio Redolés, entre otros. Dicha canción fue compuesta para los 100 años del natalicio de Allende, y les recomiendo mucho que la escuchen acá.
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