Érase una vez, una historia de amor. Dos personas destinadas a estar juntas por siempre, pero que con el paso del tiempo vieron silenciosamente fracturarse su relación hasta un punto de no retorno. Hasta llegar a odiarse y desearse lo peor mutuamente. “Marriage Story” es la prueba viviente que hasta en la relación mas idílica, el paso del amor al odio no es tan lejano como parece. Sólo bastan algunos ingredientes. Monotonía, fracasos, renuncias, aunque egoísmo es el principal de ellos. Ni el más fuerte de los cariños puede contra el egoísmo (tarde me doy cuenta). La nueva película de Noah Baumbach es una de los proyectos visuales más interesantes del año, con dos actuaciones que darán que hablar mucho tiempo y una estética del desamor que marca una hermosa pauta en lo humano. Y por lo mismo, creemos conveniente conversar de la música de Randy Newman, quien con un estilo muy “hogareño”, nos viene a contar de esta familia mucho más nuclear que la idea de familia que tenemos nosotros, y que por lo mismo, genera un vínculo de dependencia todavía mayor entre sus integrantes hasta el nivel de ver colapsar por completo su estilo de vida
Por supuesto comentamos conversando de las pistas dedicadas a los 2 personas principales, Nicole (Scarlett Johansson) y Charlie (Adam Driver). Mientras nuestros protagonistas buscan rescatar lo mejor del otro en sus terapias de pareja, escuchamos “What I Love About Nicole”. Charlie describe lo que ama de Nicole (desde lo más cotidiano a lo más trascendental), y acá Newman nos entrega una especie de vals casi monárquico, donde no cuesta imaginar a nuestra princesa (en nuestro caso, Nicole) atravesando la sala como la estrella de la velada bajo la admiración de todos. Eso mismo pasa con la película, pues Baumbach con su historia y Newman con su música buscan (y logran), generar una fatal atracción por Nicole y su forma espontánea de ser. Un amor idílico que hace imposible no enamorarse de ella.
“What I Love About Charlie”, es por supuesto distinta. Siento que lo que la música busca demostrar es el prototipo del “buen marido, buen padre” (idea que es fuertemente cuestionada en la película respecto de la perspectiva de la madre cuando ella le cuenta su caso a la abogada). Este Charlie protector (el que le cubre sus defectos, la acompaña en el trabajo formándola, etc.) es al mismo tiempo representa la figura del hombre controlador. Por lo mismo, creo que el tema dedicado a Charlie (desde la perspectiva de Nicole) es necesario complementarlo con la tristeza de “Last Critique”, una balada lenta y melancólica que demuestra que incluso en los momentos de peores crisis, la personalidad de Charlie y el control sobre Nicole sigue expresándose. En síntesis, ambos pueden sonar perfectos musicalmente, pero son personas con defectos como cualquier otra. Defectos que precisamente, los han llevado a esta dolorosa separación.
Baumbach se toma sólo unos minutos para que Nicole y Charlie, individualmente y como pareja, muestren sus verdaderos colores. Y con ello, damos un paso a una banda sonora que quizás manteniendo el tono sencillo y humano, luego se desenvuelve en la melancolía. Newman nos habla de ese amor no realizado, del fracaso de una historia de amor, de una familia que para muchos podía ser perfecta pero que evidentemente no lo era. Es bueno que esto lo comparemos con el último proyecto de Baumbach, “The Meyerowitz Stories”, donde precisamente la música de Newman (nuestro análisis en este enlace) se centraba en el personaje de Harold y la relación con sus hijos. Acá la música es, aunque tenga semblanzas con la de entonces, es de la relación entre ambos y su inevitable caída. Donde antes era una figura dominadora controlante (Harold Meyerowitz), hoy vemos a dos personas silentes y adoloridas, que comparten en conjunto el tono musical, construyéndolo con sus versiones. Esto es especialmente evidente cuando Nicole le cuenta a su abogada su historia de fracaso y sumisión al proyecto de Charlie (“Nicole Tell Her History”), tema que profundiza el ya mencionado estilo de “Last Critique”. Dos escenas, dos perspectivas, dos narradores, pero una sola historia y una sola consecuencia: la separación.
En cuanto a la influencia del hijo, Charlie, creo que la tristeza en su caso se muestra a medida que empieza a perder sintonía con su padre. “Mommy Phase”, “New House” y “Sgt. Pepper Shoelaces” profundizan este tema, que hablan en escenas icónicas de los primeros síntomas de la destrucción de la familia (o como veremos, destrucción de ella en el sentido que originalmente la deseaban pues bueno, hay muchísimas formas de continuar la vida en familia aunque los padres estén alejados). Que Henry se distancie de Charlie, o que él tenga que preparar una nueva casa de soltero en LA tanto como estrategia judicial como para intentar compartir más con su hijo, son síntomas de una nueva realidad que Charlie debe enfrentar, le guste o no. Por eso es un tema mucho más melancólico.
Quiero terminar precisamente con la idea anterior. A medida que el dolor inmediato empieza a sanar, y Nicole y Charlie se desahogan y empiezan a llegar a acuerdos sobre ciertos mínimos, toda nubosidad se disipa y ambos empiezan a ver que las cosas que amaban del otro volverán a resurgir. Claro, Nicole ya tiene nueva pareja, Charlie se ha acostumbrado a ser un padre puertas afueras, y por ello está dispuesto a ceder en lo que nunca antes había cedido (partir a trabajar a LA). Este reencuentro, o mejor dicho, nueva realidad, es abordada por Newman con el “Reprise” de “What I Love About Charlie”). Pero sorpresa, ella incorpora no la música de Charlie sino la de de Nicole. ¿Se dieron cuenta? Si no, escuchen todo nuevamente y verán lo significativo que es, pues demuestra que pese a todo el camino recorrido, el amor de ambos seguirá ahí. Lo anterior es un cierre redondo de una película que sin ser una obra maestra, es de lo mejorcito que hemos visto este año.
Un comentario en “Randy Newman – Marriage Story (2019)”