Una comedia donde los hijos tratan, una vez más, de escapar de la pesada figura de su padre. Un drama de traumas que se mantienen en la vida de adultos, escondido en una comedia tras los rostros de Dustin Hoffmann, Emma Thompson, Adam Sandler, Ben Stiller y Elizabeth Marvel, fue la gran apuesta en el área de la tragi-comedia de Netflix el 2017. Dirigida por el gran Noah Baumbach (Netflix sigue convenciendo grandes directores), es Randy Newman el encargado de aportar la música, quien muestra otra faceta en su extensa carrera que probablemente vincularán por sus éxitos en Pixar. En esta oportunidad, Newman se va por un lado más minimalista, y sólo acompañado por su piano, es construir un relato musical al que no le falta nada.
Con muy buenas actuaciones, la cinta es un constante monólogo de Harold (Hoffmann), lo que explica la apuesta de tener un solo instrumento que controle todas las emociones (aun cuando la explicación abierta de este hecho es la circunstancia que Danny Meyerowitz -Sandler- toca el piano). Una experiencia creativa interesantísima, pues se nota que a través de la simpleza o libertad que te da un instrumento, hay todavía más espacio para la improvisación en Newman. De hecho, el director Noah Baumbach cuenta que gran parte del resultado que escuchamos es precisamente escuchar a Newman creando espontáneamente a medida que veía la película, sin ediciciones. Incluso, pueden encontrar en el disco, el demo original de Newman al final -“Harold’s Theme (Original Demo)”-. Quizás uno de los proyectos de improvisación más interesantes desde “Victoria”, aunque es evidente que este se logra en un estado mucho más quizás por la menor ambición -en el buen sentido- que muestra la historia en su relato.
En cuanto al sonido, hay mucho de jazz, hay mucho de New York, hay un sonido con tintes judíos reconocibles, hay comedia…………….. la verdad, hay de todo. Y lo increíble, en un solo instrumento. El piano de Newman se vuelve un narrador o administrador de los tiempos en la película, o directamente un personaje que acomoda las distintas secciones de la película. Por ejemplo, el tema de Harold (“Harold’s Theme”) varía según la emoción de pantalla. Por momentos torpe (reflejando la forma de ejercer paternidad de Harold), con pequeños cambios lo vemos mas “frustrado” (“Harold and the Curator”) o más burdamente cómico (“At the Museum”). Los temas complementarios vienen a actuar como cierres de momentos en la película, aunque por momentos tengan mayor ritmo o potencial narrativo (“The Chase”), el que se delega exclusivamente en el tema principal. Una variedad en lo que quizás parece monótona que invita a cuestionarse la necesidad de tener grandes orquestas, cuando tanto se puede lograr con un solo instrumento.
Ahora, no se puede comentar “The Meyerowitz Stories (New and Selected)” sin hablar de “Genius Girl”. Una composición Danny su hija (“Meyerowitz & Meyerowitz”), que aparece en un momento importantísimo en la película. Se trata de una dulce canción que habla sobre la añoranza de los tiempos de familia que Danny logró construir hacia abajo pero que no tuvo con su padre, y que luego se perdieron por esas cosas del destino. La canción habla de los momentos cotidianos que definen una relación. Y que para muchos, era una muestra de un fenómeno que se vive en la sociedad norteamericana, que perdió esa linda tradición de cantar frente al piano como familia (y es el único momento quizás en toda la película, donde todo está en armonía). Con letra de Adam Sandler y Noah Baumbach, cerramos nuestra reseña con un video de dicho momento por sobre el tráiler.
“And there’s always you
And there’s always me
And there’s always us
Mommy and daddy and genius girl makes three”
Un comentario en “Randy Newman – The Meyerowitz Stories (New and Selected) (2017)”