Si decides revisar listados de las mejores bandas sonoras de los últimos 10 años, no te sorprenderás si en todas ellas aparece el trabajo de John Powell en “How to Train Your Dragon” (HTTYD). Silenciosamente, se volvió uno de los clásicos modernos y a 8 años de su estreno es un verdadero material de culto, espacio que parece no estar reservado a películas animadas. Por ejemplo, si uno analiza la categoría de mejor banda sonora en los premios Óscar, pueden contarse con los dedos de una mano las que estuvieron nominadas en los últimos 20 años (“WALL-E”, “Ratatouille”, “Finding Nemo” y “Monsters Inc.”). Por eso, el hecho que HTTYD haya trascendido como trabajo musical significa un doble esfuerzo, recorriendo un camino lleno de injustificados prejuicios.
Probablemente junto a Michael Giacchino, Powell debe tratarse de uno de los compositores emblemas del mundo DreamWorks, Pixar o Disney. Solo si consideramos la primera compañía, Powell había participado en proyectos significativos como “Shrek” (con Harry Gregson-Williams) y en “Kung-Fu Panda” (con Hans Zimmer), siendo HTTYD su primera oportunidad en solitario. Mirada en perspectiva, esta película no escapa del argumento convencional de las películas de animación. Centrada en la evolución de Hiccup dentro de su comunidad, a través del nuevo enfoque de acercamiento a los siempre temidos dragones, lo presentado en HTTYD lo hemos visto muchas veces: ver surgir y liderar a quien menos esperamos. Por lo mismo, el guión no ha sido el elemento que ha permitido a HTTYD trascender tanto. En particular, y no por ser un blog dedicado a las bandas sonoras, ese mérito se lo lleva casi en exclusiva el trabajo de John Powell, quien a través de su música es capaz de llevarse toda la carga emotiva en una historia convencional. Desde la relación Hiccup/Toothless, hasta la identidad de los vikingos, la cercanía con Astrid, etc., lo de Powell es conducir las emociones del público a través de su increíble composición.
La mezcla del toque medieval con el de aventura deben ser el sello clave en la música de Powell en HTTYD. En la introducción de la historia “This is Berk” ambos estilos quedan claramente demostrados. De cierta forma habla también de la alegría que puede verse en los Vikingos al enfrentar a los dragones, que es un tema de supervivencia pero también de cultura. Hablamos de un tema que habla de la calma antes de la tormenta, porque el estilo de vida de Berk, tal como relata Hiccup, está marcado por la costumbre vivir entre tranquilidad y ataques. Este primer tercio de “This is Berk” no aperecerá hasta el final, cuando luego de la victoria Hiccup despierta junto aToothless sólo para descubrir como su aldea ha cambiado totalmente, destacando en todos los escenarios por su simpleza.
El segundo tercio de “This is Berk” es totalmente contrario. De una manera casi lúdica, Powell musicaliza la presencia de los dragones en aquellos temidos ataques donde se llevan la comida de la aldea. Hablamos de cierto humor pues hablamos de la lucha de dos bandos no-cualquiera, sino dos bandos que, probablemente a través de lo cómicas que muchas veces son las animaciones (en especial de los dragones) y el estilo de lucha (golpes que aturden más que lesionan), parecen disfrutar sus luchas y no entender la vida sin ellas. Quizás es una suerte de pista por parte de Powell de la posibilidad de un nuevo enfoque en la relación vikingo-dragón, o más bien, del hecho que sus diferencias no son tan esenciales como parece. En “This is Berk” pueden escucharla entre 1:00 y 2:27, aunque también hacia el final de “New Tail” (como una clara invitación a entender de una manera distinta la relación con los dragones a futuro a través de Hiccup) pero en especial en “This Time For Sure” y cuando le muestra el resultado a Astrid (“Astrid: Goes for a Spin”), incorporando y convenciendo a nuevas personas en su lucha por un nuevo entendimiento con los dragones. “See you Tomorrow” sigue la misma tonalidad musical aunque con una distinta melodía, esta vez más céltica.
Pero “This is Berk” también introduce un tema 100% dedicado a Hiccup, este curioso personaje que parece representar todo lo que no es un vikingo. Podriamos decir que este es el tema principal de la película (pueden escucharlo desde 2:27 o 1:07 en “Dragon Battle). Habla de un héroe silencioso, cuyo heroísmo se define por una opción. Él no busca ser un tradicional vikingo, que se vuelve “adulto” matando un dragón. Lo suyo es la compasión y amistad con Toothless. En este sentido, “Test Drive” es sin dudas el tema consagratorio al cual Powell nos venía preparando. Un tema además que vive todas las emociones, pues muestra los primeros minutos de vuelo con Toothless, la primera pérdida de control (con riesgo mortal) y luego la estabilidad del vuelo que es al mismo tiempo la consagración de la amistad.
Ahora, si bien los temas anteriores son sin dudas aquellos que se roban la película, existen otros dos temas, mucho más menores, que prueban fehacientemente el hecho que Powell transmite todas las emociones que pasan por la cinta, por muy pequeñas o decorativas que por momentos ellas aparezcan en pantalla. El primero es aquel dedicado a la consagración de la relación de Hiccup con Astrid, que parte desde la vergüenza por la debilidad de Hiccup hasta la admiración por su forma de relacionarse con los dragones. El clímax en este sentido es “Romantic flight”, un verdadero vals de amor que en un comienzo está dominado por pocos instrumentos mientras Astrid y Hiccup viajan por las nubes, pero que luego da paso a una completa orquesta coexistiendo con el tema de Hiccup. Se trata de un sonido que podría aparecer ajeno a la película, pero que manteniendo la simpleza y línea muchas veces minimalista, Powell es capaz de integrar sin problema alguno, como si de una sola pieza se tratase. Pero si hay un tema que me gusta con especialidad, es aquel dedicado, de cierta manera, a la posibilidad de perder a Toothless. Son pocas las veces que aparece en la cinta, pero se trata de momentos muy icónicos, pues comienza con las primeras interacciones entre ambos (“The Downed Dragon”, 3:12), luego por la fascinación por su nuevo amigo (cuando Hipo lee la sección dedicada a Night Fury en “The Dragón Book”) y finalmente cuando durante la batalla final, Hiccup parece ahogarse dispuesto a salvar la vida de Toothless («Battling the Green Death», 04:00). Sin madre ni amigos en un comienzo, y con un padre que se avergüenza de él, la posibilidad de haber conocido a “alguien”, alcanzar tal nivel de intimidad y luego arriesgar perderlo, es algo intolerable en el escenario de Hiccup, por lo que a través de esta dramática melodía, Powell nos prueba que nuestro protagonista está dispuesto a hacer todo para salvar a su amigo).
Con tan buenos argumentos, no sería sorpresa luego que Powell volviera para la segunda entrega de la franquicia en 2014, pero sí se vuelve curioso que Powell no encontrase una entrega tan potente y reconocida como HTTYD desde entonces. Disminuyendo drásticamente su carga de trabajo, Powell se dedicó a componer una película al año, con discretos resultados. Esperamos, hasta hoy. Como fanáticos de Star Wars, en la semana de estreno de “Solo: A Star Wars Story”, muchas son las expectativas respecto de lo que Powell puede hacer con una franquicia con tanto legado musical. En breve, comentaremos dicho trabajo. Hasta entonces, pueden disfrutar una y mil veces HTTYD.
Un comentario en “John Powell – How To Train Your Dragon (2010)”