Ben Salisbury & Geoff Barrow – Annihilation (2018)

Comentamos la banda sonora del último estreno de Netflix

Una de las bandas sonoras más esperadas del año era “Annihilation”. La nueva cinta de Alex Garland, aclamado por su ópera prima “Ex Machina”, no sólo era muy esperada por las favorables críticas de su película anterior, sino también por la polémica que giró en torno a su formato de difusión luego de los comentarios recibidos en presentaciones a públicos objetivos antes de su estreno. En resumen, los ejecutivos de Paramount temían que debido al tono oscuro e intelectual de la película, ella fuera un fracaso en taquilla, lo que desencadenó en un acuerdo en virtud del cual “Annihilation” fuera presentada en pantalla grande en algunos países, y 17 días estuviese disponible en Netflix en el resto de los territorios. Por un lado, Garland perdía en calidad al tener que adaptar su trabajo a un formato para el cual no fue pensada, pero por otro ganaba en difusión, estando su película disponible casi de manera inmediata de forma mundial. Sin este acuerdo, ¿se imaginan cuánto tendríamos que haber esperado para ver “Annihilation” en nuestro continente? El acuerdo Paramount-Netflix será parte fundamental de nuestra crítica, pues como comentaremos más adelante, no sólo Garland pensó su película para la pantalla grande, sino también sus compositores: Geoff Barrow y Ben Salisbury.

Barrow y Salisbury son una de las refrescantes nuevas “voces” en el mundo de las bandas sonoras. Su irrupción magistral con el mismo Garland en “Ex Machina” (cuya crítica pueden revisar en este enlace) fue acompañada luego de notables trabajos como “Men Against Fire” de la tercera temporada de Black Mirror, o “Free Fire” del aclamado director independiente británico Ben Wheatley. Barrow, desde Portishead, tiene un interesante acercamiento a los soundtracks a través de su sello Invada Records, que con base en UK, lanza en formato digital y vinilo bandas sonoras de películas de distintos géneros. Salisbury, por su parte, es un compositor más clásico de bandas sonoras pero quien no podía todavía dar el golpe a la cátedra con un trabajo internacionalmente reconocido, lo que logró precisamente a través de su alianza con Barrow. En este nuevo trabajo con Garland, muestran además que la química entre ellos se extiende a una química con el director, por lo que perfectamente podemos estar observando el origen de uno de los equipos de trabajo que marquen el destino del cine (en especial de ciencia ficción) y sus bandas sonoras de acá a los próximos 20 años.

Centrándonos en su nuevo trabajo, la banda sonora de “Annihilation” es el verdadero viaje de Lena (Natalie Portman) al resplandor. Lena es una bióloga que luego de la desaparición de su novio Kane (Oscar Isaac) termina inesperadamente en una base militar que estudia un misterioso resplandor (“The Shimmer”) que inesperadamente ha aparecido en un parque nacional y que lenta pero de manera silenciosa avanza ampliando su diámetro. Un número importante de expediciones han ingresado a investigar el fenómeno pero sólo 1 persona ha vuelto, Kane, quien colapsa en un cuadro que permite imaginar un escenario de radiación. Creyéndose capaz de salvarlo, Lena ingresa al resplandor con un grupo de 4 mujeres, todas de distintas especialidades, esperando verificar alguna de las hipótesis que giran en torno a este fenómeno.

Hablamos de un viaje de Lena, pues la música de Barrow y Salisbury crea ambientes desde lo que podríamos llamar “vida normal” hasta el fenómeno. En un comienzo, este ambiente es mas bien humano, centrado en la figura de Lena. La ausencia y soledad tras la desaparición de Kane no fueron solucionados por su inesperado regreso. Por el contrario, la terminan invitando a adentrarse en el resplandor en busca de respuesta o idealmente, de la cura. En él, empieza a configurarse como la líder del grupo en base a la mezcla de sus conocimientos científicos con su pasado militar. Este tema inicial es muy marcado con unas guitarras muy simples y “humanas” (pueden verlas en “What do you know?”, “Disoriented”, “The Wathctower?”, “Sheppard”, por ejemplo). Esta guitarra quiebra todo los esquemas de lo que se espera de una película de ciencia ficción, y puede ser un mecanismo musical para precisamente desconcertar al telespectador, sensación tan vital al desenlace de la película. La guitarra se vuelva pausa o descanso entra tanta tensión  pero como dijimos, también aporta el elemento humano clave en el primer acercamiento al misterio.

Este punto de partida es prueba de un particular enfoque que Barrow y Salisbury plantean en “Annihilation”. Sin ganas de hostigar al público con música propia del género ni de hacer evidente su trama, van guardando su letal golpe musical para el final. Es un verdadero camino de lo no sci-fi a lo sci-fi puro, donde es necesario vivir la película en carne propia para llegar al desenlace, lo que es muy desafiante porque se debe partir de algo que parece inconexo para ir, pista a pista, dotándolo de sentido a medida que Lena empieza a interactuar con “The Shimmer” y con la presencia extraterrestre. Este ambiente que musicalmente crean Barrow y Salisbury exige un público atento, obligándolo a percibir cada capa de la película y su música.

El final de la evolución, o la llegada a la etapa final en “Annihilation”, la podemos ver desde el ataque del oso (“The Bear”), lo que nos obliga a felicitar a quienes crearon el tráiler pues nos hicieron creer que el oso era precisamente el extraterrestre. Es un verdadero trance que abarca el peregrinaje por la playa, la llegada al faro, la observación del video de Kane, la entrada en el subterráneo, y la interacción con el ser extraterrestre, la música de Barrow y Salisbury se vuelve sci-fi en sentido puro, dando paso al sintetizador, y a ruidos distorsionados y menos convencionales, mostrando lo indescifrable. Es una música que verdaderamente revuelve la cabeza, entendiendo la crisis psicológica por la cual debe estar pasando Lena, y que en su momento, vivió Kane. “Where you me?” entra directamente en tu cabeza y la revuelve.

La perfección en este sentido es “The Alien”. Las 5 notas que tanto dieron de comentar en el tráiler (pueden escucharlos a partir del minuto 4:48), si bien son insinuadas incluso en la guitarra, toman por sorpresa al público y son, verdaderamente, una forma musical que quizás nunca habíamos escuchado, carente de toda referencia con lo que podíamos tildar de “humano”, muy similar al efecto que Jóhann Jóhannsson quería producir con la música de “Arrival” (vean nuestro comentario acá). El equipo de “Annihilation” acertadamente guarda este recursos para el clímax pues sirve como excelente contraste entre el terror de la figura extraterrestre pero a la vez la belleza que ella representa, causando la misma incomodidad que el personaje de Oscar Isaac causaba en “Ex Machina” al bailar en total sincronía con su robot sexual.

Para finalizar, nos gustaría hablar de la polémica del format. “Annihilation” es una película y una banda sonora sensorial, por eso puede ser la gran película que cuestione el sistema de difusión de Netflix. De hecho los compositores han manifestado su preocupación por los decibeles con los cuales puede proyectarse la película a nivel casero, invitando a subir el volumen al máximo (aún cuando genere problema con los vecinos, han señalado de forma cómica). De hecho, Salisbury incluso ha criticado la difusión que Netflix ha hecho de la cinta desde que se encuentra disponible en su plataforma. Hay bandas sonoras que están pensadas para tener un sistema de sonido envolvente, a gran volumen, y “Annihilation” es una de ellas. Por eso la invitación es a ver la película vía Netflix, pero en un reproductor que permita observar su belleza visual y captar su belleza musical. Sigan los comentarios de acá abajo de los mismos compositores.

 

 

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