Alexandre Desplat – The Imitation Game (2014)

Una de las 2 bandas sonoras de Alexandre Desplat nominada a los premios Oscars de 2015

Cerramos hoy nuestra cobertura de las bandas sonoras nominadas a los 87° Premios de la Academia, comentando “The Imitation Game” de Alexandre Desplat.

Cuando en diciembre recién pasado hicimos nuestro listado de las 25 mejores bandas sonoras comerciales del año 2014, señalamos el tremendo año que había tenido Alexandre Desplat. Sus trabajos en “The Grand Hotel Budapest” (reciente ganador del BAFTA), “The Imitation Game”, “Godzilla” y “Unbroken” eran sus 4 bandas sonoras en el listado, reconociendo además que “The Monuments Men” quedaba fuera por muy poco. Muy equivocados no estábamos. Si bien Desplat pelea con otros compositores como Zimmer y Jóhann Jóhannsson el honor de tener la mejor banda sonora del año, lo cierto es que Desplat fue, por lejos, el compositor del ello. Prueba de ello es que “The Grand Hotel Budapest” y “The Imitation Game” hayan sido nominadas en la 87° edición de los Óscar, siendo el primer compositor doblemente nominado en la categoría desde que John Williams lo fuera el 2001 por “Inteligencia Artificial” y “Harry Potter and the Sorcerer’s (Philosopher’s) Stone”, banda sonora de la cual hablamos en extenso hace unos meses.

Quizás la clave en la carrera de Desplat es su versatilidad, y para ello, basta mirar sus trabajos de este año ya mencionados. Tenemos una comedia increíble de Wes Anderson (con todo su colorido musical), la invasión de Godzilla y su potencia, además de 2 dramas bélicos de época. No sólo observamos distintos enfoques instrumentales (con un piano recurrente en todo caso), sino distintos tempos y magnitudes que permiten a Desplat pasar de un género a otro con la misma elegancia que el género que más domina, el drama. Sin dudas es el compositor más prestigioso en la actualidad en Hollywood (olvidando el espectáculo comercial que es Zimmer), lo que consolida una carrera que si bien en Francia y Europa llevaba años brillando, ha dado un potente salto al mercado norteamericano y británico en apenas 10 años.

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En la música de “El Código Enigma”, Desplat utiliza esa herramienta que tan buenos resultados le ha dado: construir temas precisos. A mi juicio son 4 muy claros, que atienden lógicamente al guión de la película de Morten Tyldum (pueden leer la crítica a esta excelente película en este enlace). Estos temas son: (1) Alan Turing adulto; (2) descifrar el Código Enigma; (3) musicalizar a la máquina “Christopher”; y (4) la música dedicada a Alan en su infancia. Además, podemos encontrar un quinto tema, bastante menor, sobre la música que Desplat dedica al conflicto bélico. Esto debe tenerse claro desde un comienzo. Ambientada en la Segunda Guerra Mundial, “The Imitation Game” no es una película de guerra.  O si bien lo es, es una película de una guerra que se lucha con la inteligencia de un genio, aislado, y dentro 4 paredes. En el fondo, “El Código Enigma” es una película de un héroe impensado, traumado desde infancia, incapaz de tener relaciones sociales, y de una orientación sexual que por entonces era considerada un crimen, y que, “pese” a todo, es quien gana la guerra. Por eso la música es principalmente íntima y no épica.  En “The Imitation Game” encontramos una frase que explica todo, la más destacable de un guión que lamentablemente termina siendo absurdo en sus conclusiones (ver esto en la crítica a la película). A veces, las personas que menos imaginamos, logran las cosas más inimaginables.  De cierta forma, la guerra fue ganada por quien era mirado como el más débil entonces.

Esta temática de la cual venimos hablando se recoge en plenitud en la canción “Alan”. Interpretado magistralmente por Benedict Cumberbatch, nuestro “héroe” es en el fondo el “anti héroe”. Destaca, eso sí, su inteligencia. Si bien es crítico en cuanto a sus logros a los 27 años, lo es porque se compara con Newton, Einstein y compañía. Rápidamente descubrimos que Alan es un genio, cuyo cerebro se mueve infinitamente más rápido que el promedio, y que por lo mismo, se expresa mucho menos de lo que piensa. El humor y las relaciones sociales están lejos de ser su fuerte. Para este tema, que luego se repite en “Alone with Numbers”, Desplat opta por construir una melodía que cruza 3 partituras de piano distintas, dándoles además un toque bastante moderno. Esto debe analizarse en extenso.

1415926723066_wps_1_UK_Keira_Knightley_and_BeUna línea de estabilidad cruza esta verdadera trenza musical a través de los instrumentos de cuerda, y su elasticidad permite que sea una canción que pueda recurrir perfectamente las 3 líneas de tiempo de la película (1928, 1939 y 1951), siendo la canción que abre la película en aquella escena de Alan sentado en la sala de interrogatorio. En el fondo, el misterio musical de Desplat es idéntico al misterio de la personalidad de Turing. Un personaje solitario, que esconde un “misterio” sexual en el Reino Unido de los 40’s, y de quien no existe registro alguno.  La elección del piano no fue casualidad, obviamente. Para Desplat este instrumento era muy gráfico del trabajo de Turing, de la inteligencia de un cerebro superior. Los 3 pianos (matemáticamente coincidentes con las 3 historias) no sólo reflejan la infinidad de ideas que pasan por la cabeza de Turing, sino también la obsesión tras el diseño de una máquina que debe vencer a otra que todos catalogan como perfecta. Una máquina perfecta como el cuerpo humano (por eso la escena se mezcla con las escenas de Turing corriendo), pero que está fuera de nuestro alcance al mismo tiempo.

En cuanto al segundo tema es que podemos objetar un poco (injustamente, claro), el trabajo de Desplat. Quizás una crítica es –como decimos en Chile- “tirar toda la carne a la parrilla” desde muy temprano. Desplat quiere lograr un tema potente desde el inicio, el cual regula luego toda la historia en todas sus líneas narrativas, pero al hacerlo, Desplat asume el riesgo de restar sorpresa y mérito al resto del disco. Hablamos de “The Imitation Game”, el tema dedicado a descifrar Enigma, lo que es el topic de aventura en esta película humana. Sin dudas esto era ponerse un peso en la espalda.  Si bien lo supera, y con creces, Desplat se enfrenta a la dificultad de otorgar un tema que sirva para cosas tan distantes como un científico y el amor, un científico y la guerra, un científico y las luchas de poder, etc. En todas estas situaciones debía poder instalarse “The Imitation Game”, no sólo por opción de Desplat, sino también porque el film ya estaba editado cuando Desplat se unió al trabajo. De cierta forma, el factor “ritmo” ya venía dado. Desplat aborda una película que ya tenía un elemento esencial de su identidad configurado, por lo mismo, ¿De qué otra forma podía configurar el tema principal de Enigma? La respuesta no podía ser otra, pues además se ajustaba a la filosofía de trabajo del francés, quien siempre tiene claro cómo comenzar una composición y cómo terminarla.

El resultado es una canción que quede inmediatamente captada por el espectador, pues es capaz de captar esta vibración única de la película pues es la canción que hace más participativa al público de un guión que de sorpresa tiene poco (si no conocías la historia personal de Turing antes de verla, todos sabemos que los aliados ganan la guerra, por lo que no cuesta concluir que tarde o temprano descifrarán el código alemán). El tema de “The Imitation Game” se repite en “Mission”, “Running”, “A Different Equation” y “Alan’s Turing Legacy”.  Todas escenas muy distintas, como decíamos antes. En una de ellas Turing es apoyado por sus compañeros frente a las amenazas del Comandante Denniston, en otra destruyen todo registro de su trabajo condenándose al anonimato, en otra descifran Enigma, etc.  En todas ellas hay un elemento común. Una aventura con un desenlace claro, pero que pide lo mejor de un equipo para poder ser lograda.

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Pero quizás el tema más logrado es el dedicado a la máquina Christopher, que pueden ver a espaldas de Cumberbatch en la caratula del disco y en la foto a nuestro costado. “The Machine Christopher” refleja perfectamente el funcionamiento de ella. Cada instrumento es un engranaje, logrando un efecto espectacular (potenciado por el colorido de cada rotor) que me recordó al increíble video clip de Chemical Brothers en “Around the World”, donde cada actor reflejaba un instrumento. Ver la máquina girar es verdaderamente ver a Desplat ejecutar. Quizás esto queda más claro en “Decrypting”, melodía que se potencia con el respetuoso silencio cuando ella se detiene una vez que descifran el mensaje de los alemanes, dándose cuenta del increíble logro que habían alcanzado.

Finalmente me gustaría hablar del tema dedicado a la infancia de Alan, elemento que es presentado para construir principalmente su personaje adulto. Mención acá a Alex Lawther, quien actúa de forma increíble pese a su corta edad, elaborando un personaje del cual se cuelga maravillosamente Cumberbatch el resto de la película. Alan fue incomprendido desde pequeño. Víctima de bullying (pues nos guste o no, la violencia es gratificante), encontró asilo en un único amigo, Christopher, quien le deja dos claro legados: su afición por descifrar, pero principalmente el amor. Por eso, si bien este tema musical aparece desde temprano en “Carrots and Peas”, “Alone with Numbers” (esta, en escena adulto también) y “The Headmaster”, logra todo su potencial en “Farewell to Christopher”.  A su corta edad, Alan debe despedirse del único amigo que tiene. Amigo del cual, además, está enamorado. Drama que se vuelve a replicar con el tiempo cuando Turing está recluido en su hogar producto de la castración química en 1951. La construcción de la máquina no sólo fue para Turing un desafío intelectual. Fue además, una forma simbólica de recuperar a quien perdió cuando pequeño, y no está en condiciones de asumir su pérdida nuevamente (recordar acá a Cumberbatch destruido en su sillón).

“The Imitation Game” se vuelve una banda sonora magistral por superar todas estas barreras de las que les hemos hablado, una de ellas muy similar a la de “The Theory of Everything” de Jóhann Jóhannsson. En ambos casos, se debía apuntar a un estilo musical que cruce largos períodos de tiempo. Con sus 2 trabajos de este año, Desplat lleva 8 nominaciones al Premio Óscar, premio que nunca ha podido llevarse a su casa hasta ahora. Quizás sea la oportunidad de romper la tendencia. Lo veremos en apenas unos días, esperando que la Academia recoja el guante que deja servido Tyldum en “The Imitation Game”: La virtud está en quien haces cosas que son anormales. Desplat siempre corre riesgos, por lo mismo, es un loco anormal de nuestra época.

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