La música de la séptima película de la saga de Harry Potter está marcada por la decisión de Warner de volver a contar con músico de renombre. Si antes fue John Williams (en las 3 primeras entregas), los productores esta vez apostaban por Alexandre Desplat, músico francés que por entonces empezaba a vivir su mejor momento gracias al reconocimento en Hollywood que le significó “Fantastic Mr. Fox”, “The Queen” y “The Curious Case of Benjamin Button”. Una apuesta que dio resultado, pero sólo en la segunda película. Les invitamos a ver por qué Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: parte 1, en lo musical se queda bastante al debe.
Cuando se anunció este año que Alexandre Desplat estaría tras la música de Godzilla, muchos dijeron “por primera vez veremos a Desplat en una superproducción”. Muy poca memoria tenían. Desplat se unió a la saga Harry Potter en sus 2 últimas entregas, por lo que yo me pregunto: ¿cuántas superproducciones más fastuosas que esta pueden señalarme? Pocas, seguro. Y Godzilla no es una de esas. Pero ese comentario esconde una premisa muy cierta: que la música de Desplat no logró deslumbrar como sí lo ha hecho en otras ocasiones. Y esa culpa, sin dudas, es de Warner, que decidió hacer 2 películas del tomo final, tornando la primera parte de las Reliquias de la Muerte en una película que pasa bastante poco. Desplat no pudo desligarse de la monotonía del primer relato, y guardó todo lo mejor para la segunda parte.
La música de Desplat es muy distinta desde un comienzo con “Obliviate”. Una entrada fuerte, distinta a la de las 6 películas anteriores, que según el mismo compositor tiene una intención específica. La canción representa al trío de actores principales, y como asegura Desplat, su pérdida de inocencia, una constante a lo largo de las películas pero que acá llega a su climax, pues el enemigo (y los riegos) pasan a ser cada día más serios conforme transcurre la trama. No todo es nuevo, sin embargo. Desplat quiso recuperar Hedwig’s Theme en todo lo que fuera recuerdos de los protagonistas, en clara alusión al pasado musical de Harry Potter. La referencia es “The Will”, en aquella escena en que los personajes principales, y en especial Hermione, se desligan del mundo muggle protegiéndolo. El nombre es claro. Se requiere mucha voluntad para exponer la vida de los cercanos a un riesgo, pero todavía más para separarlos completamente de tu vida en su beneficio.
Luego del asesinato de Voldemort, Snape goza de un nuevo estatus, tanto en la trama como en la música. Interesantísima en ese sentido es “Snape to Malfoy Manor”, que representa la llegada de Severus a la mansión de los Malfoy donde Voldemort está reunido con los mortífagos. Esta canción insinúa que el lado oscuro en batalla está cobrando todavía más relevancia en la música. Otro ejemplo de ello es “Death Eaters”, la canción que suena cuando los mortífagos interrumpen el camino del expreso de Hogwarts y toman control de Ministerio. Los instrumentos de cuerda muestran la velocidad con la que se expanden las fuerzas de Voldemort, y lo incorporadas que están ellas en la institución más importante del mundo Potter.
Pero quizás la historia más interesante dentro de Las Reliquias de la Muerte, es el distanciamiento casi definitivo de Harry y Ron. La película notablemente muestra que la lejanía de Ron con Harry y Hermione, se basa, principalmente, en que son jóvenes de distintos códigos. El primero, criado por magos, mientras que los segundos por muggles, por lo que no tienen arraigados elementos tan comunes dentro del mundo mágico como “Los cuentos de Beedle el Bardo”. Esta tensión llega a su peak en “Ron Leaves”, canción que refleja el dolor que se vive dentro del trío de amigos, relación que ahora parece estar dominada por los celos, la envidia, y el peso del Horrocrux. Este tema es muy distinto a “Ministry of Magic”, que es la canción donde el trío, a comienzos de la película, irrumpe en el Ministerio de Magia. El contraste entre ambas es impresionante. Una refleja a Harry, Ron y Hermione en sus aventuras de antes, mientras que la otra propone la forma que deberán enfrentar el futuro. De la escena del Ministerio de Magia recomiendo poner atención en “Detonators”, que tiene cosas como de duendes trabajando para Navidad haciendo regalos a gran escala, sólo que en este caso son panfletos de contenido racial. Uno de los aciertos de Desplat.
Una escena bastante emotiva es la visita de Harry y Hermione a la tumba de los Potter, en el valle de Godric. Sólo la tristeza que transmite “Godric Hollows Graveyard” puede entender el sufrimiento de Harry y su desarraigo. Recordemos que a sus casi 18 años, es la primera vez que asiste a la tumba de sus padres. “Lovegood” también es buena, pues muestra lo peculiar que es esa familia. Sin temor a equivocarme, puede decir que es la canción más distinta a todo lo que hemos escuchado en la franquicia, con instrumentos de viento muy especiales que permiten entender de mejor manera a Luna Lovegood.
El desenlace en la casa de los Malfoy no logra despegar nunca en lo musical. “Captured and Tortured”, junto a momentos de “Rescuing Hermione” (donde Dobby se gradúa de crack) no lograron aportar en una escena bastante pobre de emoción (los que no leyeron los libros, sabían que había una parte 2, por ende, nuestros héroes no terminaban su historia ahí). Pero las 2 canciones finales si son notables. La primera es “Farewell to Dobby”, casi tan emotiva como el farewell que tuvimos la película pasada con Dumbledore. Harry transmite acá eso que les hablaba: humanidad en un acto que los magos no tendrían. Recordemos que pocos tratan a los elfos domésticos como lo hizo él, por eso Dobby debía ser enterrado con honores. Pero sin dudas la canción más potente es “The elder wand”, en la escena que Voldemort toma la varita de sauco del cadáver de Dumbledore. Pero sin dudas esto refleja lo peor de Las Reliquias de la Muerte: Parte 1. Por todas partes se nota que fue dividida con el único fin de ganar dinero, y el trabajo de Desplat pagó consecuencias, en un trabajo que es claramente de transición.
Para el final, quiero dejar mis 2 recomendaciones de esta película. Una de ellas no forma parte del soundtrack, y forma parte de la escena de la fotografía a la izquierda. Si buscan la canción que bailan Harry y Hermione, se trata de “O children” de Nick Cave and the Bad Seeds, músico australiano al que hicimos referencia la semana pasada por su soundtrack para “The Assassination of Jesse James by the coward Robert Ford”. La escena fue bastante desafiante en lo musical, pues no fue tomada del libro. David Yates necesitaba que Radcliffe y Watson entendieran qué es lo que quería transmitir, y en la búsqueda de una letra que le transmitiera eso, encontró “O Children”, una canción que habla de jóvenes que pagan la culpa por peleas que no son de ellos. “Children, lift up your voice”, muestra que en esta franquicia los héroes son los jóvenes, pero por una lucha que tiene al menos 20 años.
La segunda recomendación si es trabajo de Desplat. Se trata de una canción donde las fuerzas antagónicas se encuentran, en aquella escena donde la Orden del Fénix busca trasladar a Harry a la casa de los Weasley haciendo que varios de sus integrantes tomen poción multijugos y adopten la apariencia física de Potter. Se trata de “Sky Battle”, quizás la canción más espectacular del disco, espectacularidad que se condice con la escena de Voldemort y las torres de electricidad. Para Desplat, esta canción mezcla el tema que le asigna a Voldemort, con un tema que él nombra “Band of Brothers”, que muestra a la Orden del Fenix (lo que queda de ella), como un grupo de alegría y esperanza. Para mí, lo mejor, pues Desplat se guardó todo para la segunda entrega. Nos vemos la próxima semana cuando hablemos de ella.
Un comentario en “Alexandre Desplat – Harry Potter and the Deathly Hallows: Part 1 (2010)”