Continúa el especial de Harry Potter donde esperamos cubrir las 8 bandas sonoras de la saga en 8 semanas. Esta entrega, en el cuarto miércoles dedicado a ello, es la primera que trae un cambio de compositor. John Williams, que estuvo tras la música de Harry Potter en La Piedra Filosofal, La Cámara Secreta, y el Prisionero de Azkaban, da un paso al costado, asumiendo la difícil tarea de reemplazarlo Patrick Doyle. Si a eso sumamos un cambió en la dirección (Alfonso Cuarón deja su lugar a Mike Newell), entonces el resultado musical debe, en el peor de los casos, diferente, y en el mejor, interesante. Veremos en definitiva lo que se logró en la nueva entrega de la columna de bandas sonoras.
Sin lugar a dudas, el mayor desafío musical en toda la saga de Harry Potter se dio con el Cáliz de Fuego. A la salida de un director que recibió excelentes críticas como Cuarón (reemplazado por Mike Newell), se sumó la de John Williams, quien decidió restarse del proyecto para trabajar en exclusiva con Steven Spielberg. Patrick Doyle tomó su puesto, en lo que pareció una decisión lógica de Warner, pues ambos trabajaron juntos en Into the West (1992) y Donnie Brasco (1997). Pero lógica no siempre significa prudente. Si bien es cierto que el compositor y director nuevo compartían mucha afinidad, también es cierto que ambos venían con claras caídas en sus carreras. Es más, desde Harry Potter y el Cáliz de Fuego tampoco les hemos conocido buenos proyectos. Personalmente creo que sus pergaminos no estaban a la altura de lo que se venía haciendo en Harry Potter, y si bien la película resultó ser un proyecto bastante interesante, estamos ante, discutiblemente, el “menos bueno” disco de toda la franquicia (entre comillas porque en el fondo, sigue siendo un disco a destacar).
Doyle quiso dejar su marca y desde un comienzo la música se nos muestra distinta, con una versión muy alternativa de “Hedwig’s Theme”. Esta es una señal de continuidad y de cambio, elementos que se muestran en “The Story Continues”. El mensaje es claro. Me subo al tren, pero lo desvió. Por eso es casi la única referencia al trabajo de Williams (la otra sería el comienzo de “Foreign Visitors Arrive”), lo que ha sido criticado por los más fanáticos del trabajo musical de Harry Potter, comparándolo (exageradamente a mi juicio), con un cambio en los actores principales. Digo que es exagerado, pues no olvidemos que a estas alturas Harry Potter era un buque que navegaba sólo, y nadie era imprescindible dentro de él, salvo los 3 actores principales (recuerden lo que pasó con Dumbledore, un reemplazo obligado que a la postre fuera para mejor). No debemos ponernos dramáticos. Que la banda sonora, en su conjunto, pase más desapercibida que ninguna otra, no significa que sea de mala calidad, y que Doyle haya decidido desprenderse de la carga “Williams”, es una maniobra que tenía todo el derecho de ejercer, incluso quizás se lo exigieron.
Para partir con lo nuevo, la canción del mundial de Quidditch. Ella muestra genialmente la multiculturalidad del juego (recordemos que en los libros, Perú fue semifinalista). La canción, “The Qudditch World Cup” incorpora raíces irlandesas y de otras naciones que podríamos identificar con Europa del Este a través de Bulgaria, que son los países que se enfrentan en la gran final. La multiculturalidad es un elemento recurrente también en la trama del Cáliz de Fuego y en la música. El mismo nombre de “Foreign Visitors Arrive” lo indica, siendo la canción que suena al llegar las distintas escuelas a Hogwarts para competir en el Torneo de los 3 Magos. Es importante identificar en ella a cada participante. Así, la canción parte con “Hedwig’s Theme” en señal de Hogwarts para luego incorporar cosas especiales para las mujeres de Beauxbatons con claras referencias al arte (francés) y la gimnasia. En pantalla se añade una repetición del tema de Bulgaria para el colegio de Krum, Durmstrang, incorporando visualmente los bastones como elemento de sonido. Es decir, los 3 colegios competidores en una escena musical, en una competencia que será tan pluralista como el propio mundial de Quidditch.
El resto del soundtrack gira en torno, lógicamente, al Torneo de los 3 Magos, un torneo que en sí mismo, es bastante pompuoso. Por ello la canción previa a la prueba de los dragones (“Golden Egg”), la canción de la prueba en el lago (“The Black Lake”), y la marcha tras la victoria de Harry que tan imprudentemente suena cuando vemos el cuerpo sin vida de Cedric (“Hogwart’s March”), son todas canciones de alta calidad que no buscan ahorrar en majestuosidad. La parte festiva y lúdica del Torneo también tiene su reconocimiento, y esto se representa en especial a través de los vals. Neville y Harry tienen uno, siendo mejor el del primero, algo que va de la mano con la gran habilidad para el baile del primero, y las inexistentes condiciones del segundo. Pero acá destaca con luces propias “Harry in Winter”, canción que en otras ediciones del disco se llama “Harry Potter’s Love”, una bella melodía que gira en torno a la relación de Cho Chang y Harry. Este es el punto alto de Doyle como compositor, pues fue el único capaz de entregarle una canción a Harry en específico, y no para el mundo mágico en general como lo es “Hedwig’s Theme”. Otro punto notable a su favor.
Finalizando la película, no podemos dejar de hablar de Voldemort, y la excelente elección que fue Ralph Fiennes para personificarlo. Doyle merece también reconocimiento en este sentido. Si antes se atrevió a crear una canción para Harry, ahora se atreve a titular una con el nombre de “Voldemort”, algo que comentamos, no había sucedido en el trabajo de John Williams. La canción logra algo único, que es reflejar la maldad intrínseca de Voldemort, para luego transformarse en una canción de esperanza cuando aparecen los padres de Harry y Cedric en su ayuda, donde reaparece “Harry in Winter”. La canción incorpora además un tema que podríamos asignar a los mortífagos , que ya tuvo su entrada con “The Dark Mark” cuando atacan el mundial. Esta escena tiene la mejor coronación con el lamento del padre al llorar sobre el cuerpo inherte de Cedric (“Death of Cedric”), que nos vuelve a recordar lo desajustado que fue en el mundo ficcioso, recibir a los dos campeones con la marcha de Hogwarts.
Finalmente, es muy interesante que se incluya en el disco las canciones de la fiesta del Torneo de los 3 Magos, como “Do the Hippogriff”. Una versión extendida de la escena, que vale la pena ver, la pueden encontrar en este link. ¿Por qué vale la pena? Si miran bien, la banda sobre el escenario, The Weird Sisters, está compuesta por Jarvis Cocker y Steve Mackey de Pulp, Jonny Greenwood y Phil Selway de Radiohead, Jason Buckle de All Seeing I, y finalmente Steve Claydon de Add N to (X). Las otras canciones que interpreta The Weird Sisters son “This is the night” y “Magic Works”.
The Weird Sisters se vuelve una excelente coronación para un disco que ha sido bastante subvalorado por los fanáticos. En suma, podrá ser el menos valioso o vistoso de la franquicia, pero que ello se debe a que comparte con muy buenas creaciones de grandes exponentes en el mundo de las bandas sonoras, en especial John Williams y Alexandre Desplat. Pero al analizar el detalle del disco, creemos haber demostrado que Doyle hizo un trabajo más que interesante para los estudios Warner, donde sobresale la canción dedicada a Harry, “Harry in Winter”. La consolidación, además, tanto musical como actoral de Voldemort, es otro de los legados que nos dejará The Goblet of Fire. Nos vemos la próxima semana, cuando hablemos de The Order of the Phoenix, y la llegada de un nuevo compositor, Nicholas Hooper.
Un comentario en “Patrick Doyle – Harry Potter and the Goblet of Fire (2005)”