La película que les traemos hoy fue escrita, producida y dirigida por John Carpenter. Aunque excepcional, un director polivalente no es algo fuera de lo común en nuestros tiempos. Por eso lo increíble es que Carpenter también esté detrás de la banda sonora, un soundtrack que marcó una época, en especial por esos toques electrónicos muy novedosos para los 70’s y que han influenciado a un variado espectro de artistas. En la columna de bandas sonoras los invitamos a saber por qué.
Carpenter es hoy un director de culto. Pero cuando salió en pantallas Assault on Precinct 13 (1976) –AOP13-, sólo tenía como antecedente otro largometraje, Dark Star (1974). Ambas fueron películas de muy bajo presupuesto, por lo que Carpenter no tuvo muchas opciones en lo que a contratar un compositor se refiere, debiendo tomar las riendas del asunto. Su éxito como compositor siguió con –la más reconocible e icónica- Halloween (1978) y –mi favorita- The Fog (1980). Desde Escape from New York (1981) empezó a trabajar con su más grande colaborador, Alan Howarth (con quien vemos en la foto). En conjunto nos entregaron grandes soundtracks como They Live, Prince of Darkness, las secuelas de Halloween, entre muchos otros. En su carrera vemos incluso colaboraciones con Ennio Morricone (The Thing), La mayoría de estas obras han sido remasterizadas por un sello británico llamado Death Waltz Recording Company, intervenciones que cuentan con la supervisión del mismo Carpenter y de Howarth en su caso. El año pasado fue el turno de AOP13, cuando el sello (también de culto) manejado por Spencer Hickman decidió rendir un merecido homenaje a lo mejor de Carpenter. El resultado es una verdadera obra de arte con entrevistas al director y otros compositores, así como el notable trabajo visual de Jay Shaw.
Insisto en que es fundamental tener presente que al momento de lanzarse Assault on Precinct 13 John Carpenter era un veinteañero. Si bien algo de reconocimiento obtuvo con Dark Star, su talento era desconocido incluso para el mismo elenco. Austin Stoker (quien interpreta al Teniente Ethan Bishop) señala lo increíble que fue conocer a este personaje. Desde el casting notó algo especial en él, lo que confirmó con su abierta forma de trabajar. Si esto fuera poco, mayor fue su sorpresa cuando supo que Carpenter estaría detrás de la música. Esa es la misma sorpresa que sienten todos quienes al ver AOP13 se preguntan ¿quién será el compositor de este pegajoso soundtrack? Es increíble darse cuenta que detrás de un resultado con tanto ritmo, gusto en la música y variedad en los tonos hay alguien que no es músico consagrado, sino simplemente un prodigio.
La premisa del film es bastante simple. Un grupo de jóvenes pandilleros de Los Ángeles decide atacar una estación de policías que estaba siendo desmantelada en su última noche, en represalia a la reciente muerte de 6 combatientes a manos de la Policía de LA. En ese sentido, Spencer Hickman transmite en la caratula del disco una pregunta que es fundamental en la película, pues la realiza una de las víctimas del ataque. ¿A quién se le puede ocurrir sitiar una estación de policía? La historia se inspira remotamente en Río Bravo, un western de 1959 de Howard Hawks protagonizado por John Wayne y Dean Martin. Cuentan que Assault on Precinct 13 no es un western precisamente por los problemas de presupuesto que les hablé en un comienzo, por eso Carpenter decidió sabiamente llevar su historia a Los Ángeles donde necesitaría menos recursos materiales. La otra película que influencia es Night of the Living Dead de George A. Romero, un director al que esperamos homenajear dentro de poco.
Con todo, AOP13 pudo perfectamente ser una película que pasara al olvido. En ese sentido, el remake del año 2005, pese al taquillero elenco, fue un total fracaso. ¿Qué hace que casi 40 años después sigamos hablando de la versión de 1976? Sin temor a equivocarme puedo asegurarles que el motivo es el soundtrack, el más pegajoso de todos los trabajos de Carpenter, incluido el de Halloween. La banda sonora de AOP13 es un trabajo tan virtuoso que permite que una película de acción común y corriente tenga cosas de horror, suspenso, western, e incluso cine arte, con un elemento notable que es algo que Carpenter sabe usar como nadie: el sintetizador. Muchas veces digo que existen canciones que sirven para alegrarte el día o caminar más seguro en esos momentos difíciles. Sin dudas el tema principal de Assault on Precinct 13 es uno de esos. Lo curioso es que entre 1976 y 2003 nunca tuvo un lanzamiento comercial. Sólo rondaba una copia bootleg de baja calidad, hasta que fue lanzado en Francia por Record Makers, y el 2013 en el ya comentado trabajo de Death Waltz.
La música en Assault on Precinct 13 es una fórmula simple, repetitiva y muy pegajosa. Refleja la constante amenaza que sufren Bishop y compañía de una forma bastante minimalista. Esa es la nota sobresaliente. Con una mínima inclusión musical, que no es sobre-pensada, maximizamos los resultados en lo que a narración se refiere. Por eso es bastante anecdótico que el disco haya sido grabado en un día con tecnología bastante arcaica incluso en esos momentos. Para uno de los compositores favoritos de esta columna, Clint Mansell, es sin duda uno de los soundtracks que más lo influenció. En sus palabras, siendo monotemático, el tema principal del cual hablaremos varía a lo largo del film, invirtiéndose o trayéndonos otro punto de enfoque. Para Mansell fue un punto de quiebre en su formación, dónde le quedó demostrado por primera vez que los soundtracks pueden ser una línea narrativa totalmente independiente o incluso el personaje más fuerte en pantalla, algo que se ha perdido el último tiempo.
El tema principal, “Assault on Precint 13”, es influenciado por “Inmigrant’s Song” de Led Zeppelin y se nota. Además tiene cosas del soundtrack de Dirty Harry. Distintas frecuencias de sintetizador que operan como riff, un bajo notable y una percusión que es un perfecto metrónomo. Dicha base se mantiene en “Targets/Ice Cream Man” y “Second Wave”, aunque le quitan sus notas más distintivas. Pero es la misma canción en “Emergency Stop”, entre otras. Este es el tema relacionada a las escenas más violentas y aquellas de los jóvenes pandilleros, el lado violento de un disco que tiene claras orientaciones de jazz, como si los sintetizadores por momentos fueran contrabajos.
Las canciones en los momentos complicados, como la muerte de Julie, reflejan los momentos más difíciles en AOP13. Pero por muy distinto que este tema sea con el tema principal, lo cierto es que vemos un solo curso en la música. Bishop y compañía pueden haber ganado una batalla, pero queda mucha guerra. Así, cuando parece que olvidamos el tema principal, este revive tras los temas de melancolía. En ese sentido, el tema “Julie” del cual les hablo es el reflejo del peor momento del encierro, donde parece que será imposible salir con vida de la comisaría, en especial porque los atacantes parecen haber renunciado a cualquier gesto de humanidad. Es el mismo sonido en “Precinct 9 – Division 13”, una dolorida canción con la que Bishop llega a la Comisaría. Lo curioso es que el personaje silba la canción al comienzo de la película y al fin de ella, algo que pasa desapercibido si no escuchamos con atención. Creo que con ello Carpenter nos quiere demostrar que es este es un soundtrack tan minimalista que un simple policía pudo haberlo compuesto. Otras piezas inolvidables son “Napoleon Wilson”, “To the Basement”, o “Walking Out”.
Según Chris Alexander de la revista Fangoria, el soundtrack de Assault on Precinct 13 es la piedra angular que articula el trabajo musical de Carpenter a lo largo de su carrera. Así, por ejemplo, fundamental en The Thing es el bajo de AOP13, mientras que el metrónomo de Halloween no tendría sentido sin la película que analizamos. Los ejemplos abundan. Las cuerdas de Escape from New York, las series de cuerdas en Prince of Darkness, entre otros. Para entender el ADN Carpenter es fundamental AOP13. Y no sólo en lo que a cine se refiere, o bandas sonoras incluso. Es un trabajo que influyó a cientos de jóvenes setenteros que por entonces comenzaron a experimentar con el hip-hop, la electrónica, el jazz, entre otros géneros. Por eso, y aunque Carpenter no lo recomiende, dejen correr el disco y verán que se siente tan vigente como se sintió entonces.